En Occidente, el VIH se ha convertido en una patología crónica con un notable índice de supervivencia. Sin embargo, médicos, pacientes, laboratorios y organizaciones no gubernamentales continúan enfrentando desafíos significativos, entre los que destacan el estigma asociado a esta enfermedad y la urgencia de desarrollar una vacuna efectiva. A pesar de los avances médicos, estos problemas persisten como asignaturas pendientes en la lucha contra el VIH, lo que subraya la necesidad de un enfoque más holístico que aborde tanto aspectos científicos como sociales para mejorar la calidad de vida de los afectados.
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