Solo dos científicos españoles han recibido el premio más prestigioso en la historia, con Severo Ochoa como el último galardonado hace 66 años. Esta semana, cuatro investigadores españoles tienen la posibilidad de acabar con la sequía de reconocimientos. Pablo Jarillo-Herrero, uno de los potenciales ganadores, comenta que no está obsesionado con el premio, valorando ya otros reconocimientos en su carrera.
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