El sector de semiconductores continúa expandiéndose con la construcción de nuevas fábricas en todo el mundo. Sin embargo, un informe de Exyte ha puesto de relieve las particularidades del proceso en diferentes regiones, destacando las diferencias significativas entre Estados Unidos y Taiwán.
En Taiwán, la construcción de una planta de semiconductores lleva alrededor de 19 meses, mientras que en Estados Unidos el mismo proceso podría alargarse hasta 38 meses. La discrepancia se debe, en parte, a la lentitud en la aprobación de permisos en EE. UU., un proceso que puede extenderse entre 14 y 20 meses, en comparación con los 6 a 13 meses necesarios en Taiwán. Además, en EE. UU. la construcción no se realiza de manera continua las 24 horas, a diferencia de la práctica común en la isla asiática.
El informe también arroja luz sobre la situación en Europa, donde el tiempo de construcción de fábricas alcanza los 34 meses. En otras regiones como Singapur y Malasia, esta duración es de unos 23 meses. Estas diferencias no solo se traducen en tiempo, sino también en costo. Erigir una fábrica de chips en EE. UU. es aproximadamente el doble de caro que en Taiwán, a pesar de que los equipos tienen precios similares. Esta situación se complica debido a mayores costes laborales, regulaciones más estrictas y cadenas de suministro menos eficientes. Además, la experiencia de la mano de obra en Taiwán reduce la necesidad de planos detallados, agilizando el proceso.
Para enfrentar estos retos, Estados Unidos y Europa deben buscar mejoras en la concesión de permisos y adoptar tecnologías avanzadas como los gemelos digitales. Herbert Blaschitz, ejecutivo de Exyte, señala que el comisionamiento virtual puede identificar problemas antes de la construcción física, lo que podría optimizar costos y eficiencia.
El sector de semiconductores requiere inversiones masivas. Se estima que cada nueva fábrica exige más de 20.000 millones de dólares, de los cuales entre 4.000 y 6.000 millones son para infraestructura. Construir estas instalaciones implica un uso intensivo de recursos materiales y humanos, con un impacto significativo en la economía local de las regiones seleccionadas para albergar estas fábricas.
En el horizonte, se prevé la construcción de 18 nuevas fábricas de semiconductores para 2025, con la mayoría operativa entre 2026 y 2027. La industria proyecta abrir un total de 97 fábricas de alto volumen en los próximos años. No obstante, a pesar de la Ley CHIPS implementada en EE. UU. para mejorar la competitividad, los expertos sostienen que es insuficiente para alcanzar la eficacia de Taiwán. La adopción de procesos digitales y una regulación más ágil se perfilan como elementos clave para acelerar la construcción de fábricas y mejorar la competitividad a nivel global.