En un contexto de incertidumbre política y económica, Alemania se enfrenta a unas elecciones cruciales en las que 59,2 millones de ciudadanos están llamados a votar para elegir a los 630 miembros del Bundestag. La ruptura de la coalición semáforo por el canciller Olaf Scholz ha anticipado los comicios, y las encuestas indican que la Unión (CDU/CSU) liderada por Friedrich Merz podría obtener el 30% de los votos. Sin embargo, cerca del 30% de los votantes permanecen indecisos, y el ascenso de Alternativa para Alemania (AfD), con un 20% de intención de voto, genera inquietud. Merz, quien aspira a formar una coalición con los Socialdemócratas o los Verdes, descarta cualquier alianza con AfD y Die Linke. El respaldo de figuras internacionales como Elon Musk a AfD evidencia la creciente influencia del nacionalpopulismo en el país. La gobernabilidad resultante será clave, mientras que el modelo de consenso germano enfrenta desafíos ante una Alemania que demanda reformas urgentes.
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