En unas elecciones que reflejan el descontento general de los votantes, los principales partidos de Alemania, CDU y SPD, han sufrido un duro golpe en las urnas. Aunque los conservadores de la CDU, liderados por Friedrich Merz, han ganado, lo han hecho sin alcanzar el 30% de los votos y perdiendo una significativa cantidad de votantes a la extrema derecha, que ha visto un fuerte ascenso con Alternativa para Alemania (AfD), posicionándose como la segunda fuerza política. Los socialdemócratas del SPD han caído a un 16% de apoyo, mostrando el descontento popular ante la falta de liderazgo y preocupación por la economía y la seguridad internacional. Con una participación electoral récord del 84%, los ciudadanos alemanes demandan un Gobierno estable y confiable. Merz, quien regresa a la política tras 20 años, tiene la tarea de formar un gobierno efectivo antes de Semana Santa, enfrentando retos en inmigración y economía, y con la expectativa de cumplir no solo con su país, sino con toda Europa.
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