En el barrio de Silwan, en Jerusalén Este, Fakhri Abu Diab, de 62 años, enfrenta la demolición de su hogar en un contexto de desplazamiento forzoso, parte de un plan de las autoridades israelíes para remodelar la zona con el parque Gan Hamelech. La estrategia incluye la expansión de asentamientos judíos en el área, despojando de sus viviendas a numerosas familias palestinas. A pesar de la resistencia local e internacional, los derribos continúan, agravando la tensión en una región ya marcada por conflictos. La comunidad palestina denuncia que este proyecto, impulsado por la organización El’Ad, busca borrar su presencia histórica en la zona, mientras que líderes de derechos humanos instan a detener la expansión de asentamientos y proteger los derechos de los afectados.
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