Una operación policial en Arroyomolinos, Madrid, ha culminado con la desarticulación de una red familiar dedicada a la importación y distribución de cocaína en España. La organización, liderada por el padre y compuesta por la madre, la hija, la novia de esta y un tío, operaba desde un bajo donde su única empleada, apodada «la cocinera», procesaba la droga en una vivienda que parecía normal. Durante los registros, se hallaron 14 kilos de cocaína y 137 kilos de productos químicos para «cortar» la droga, aumentando el volumen para la venta. El arresto del transportista del grupo en Murcia precipió la desmantelación de la banda, y detenciones posteriores se realizaron en una nave de Arroyomolinos usada como punto de encuentro y distribución. La operación, llevada a cabo por la Udyco de Madrid, puso fin a la actividad delictiva de una familia que llevaba un elevado nivel de vida, pese a no tener trabajos conocidos. Ahora, todos sus integrantes están en prisión.
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