La Sala Bagdad de Barcelona sigue siendo un icono del espectáculo erótico a pesar de la evolución del consumo de pornografía en la era digital. A punto de celebrar su 50 aniversario, este local es testigo de la continuidad de su público, atraído por la experiencia en directo que ofrece, que contrasta con el contenido accesible en línea. Juani de Lucía, su propietaria, afirma que la Sala Bagdad ofrece una experiencia artística y social única, más que un simple consumo de pornografía. A lo largo de los años, la audiencia se ha diversificado, y aunque la tecnología ha inundado de contenido sexual las pantallas, muchos aún valoran el contacto personal y la participación que este emblemático recinto ofrece. Sociólogos y expertos en pornografía coinciden en que la interacción directa y el «morbo» de lo presencial mantienen vigente un negocio que persiste desde la marginalidad.
Leer noticia completa en El Pais.