La tendencia culinaria actual se centra en un inesperado ingrediente viral para untar en las tostadas: el beurre noisette. Esta «mantequilla de avellana» se caracteriza por su aroma y sabor a nuez tras un proceso de cocción que la diferencia de la mantequilla tradicional. Aunque el gusto se asemeja al de las avellanas, esta preparación no las contiene. Utilizada tanto en recetas saladas como dulces, su preparación es sencilla pero más prolongada que la de la mantequilla clarificada. El resultado es un ingrediente versátil que puede almacenarse en frío, manteniéndose fresco para diversas creaciones culinarias.
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