En los años 80, durante el desarrollo del primer Macintosh, Apple enfrentó el desafío de diseñar una interfaz gráfica distintiva. Originalmente, se pensó en utilizar el icónico logotipo de la manzana en los atajos de teclado, pero Steve Jobs rechazó la idea por considerarla excesiva. Fue entonces cuando la diseñadora Susan Kare propuso el ahora emblemático símbolo ⌘, descubierto en un libro de iconografía. Este símbolo, común en la señalética nórdica para indicar lugares de interés, ofrecía una solución elegante sin connotaciones comerciales. Adoptado por su historia y simplicidad, el símbolo ⌘ se convirtió en una parte fundamental de la identidad de los Macs, reflejando la filosofía de diseño funcional y con personalidad de Apple.
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