Michael Douglas y Catherine Zeta-Jones han decidido poner en el mercado su suntuosa mansión en Nueva York. Situada en el exclusivo condado de Westchester, la propiedad destaca por su magnificencia y las características refinadas que ofrece.
Este refugio ha sido el hogar de la afamada pareja durante varios años, proporcionando un oasis de tranquilidad y privacidad lejos del bullicio citadino. La mansión se despliega sobre más de 12 acres de terreno, ofreciendo un espacio amplio y sereno, enmarcado por frondosos jardines, árboles centenarios y vistas panorámicas espectaculares.
La arquitectura de la residencia combina toques clásicos con elementos contemporáneos. La casa principal cuenta con ocho dormitorios y diez baños, distribuidos en más de 13,000 pies cuadrados. Los visitantes son recibidos en un vestíbulo majestuoso, donde sobresalen detalles en madera esculpida a mano, suelos de mármol y una elegante escalera de caracol.
Entre las características más destacadas de la propiedad se incluye una biblioteca impresionante, dotada de estanterías de caoba y una chimenea tallada. La cocina gourmet es el sueño de cualquier amante de la gastronomía, equipada con electrodomésticos de última generación, encimeras de mármol y una despensa espaciosa.
Para el entretenimiento, la mansión ofrece una sala de cine privada, una bodega de vinos con capacidad para más de 1,000 botellas y una sala de juegos con mesa de billar y otros juegos clásicos. Los exteriores no son menos impresionantes, con una gran piscina climatizada, una casa de huéspedes independiente y varias terrazas y patios ideales para disfrutar del paisaje y el aire libre.
A pesar del esplendor de la propiedad, Douglas y Zeta-Jones han decidido venderla para simplificar sus vidas y mudarse a una residencia más manejable. La pareja ha expresado su cariño por la propiedad y los recuerdos que han construido en ella, pero sienten que es momento de pasar página.
La puesta en venta de esta mansión ha captado el interés de compradores de alto nivel y entusiastas inmobiliarios. Se ha convertido rápidamente en una de las propiedades más codiciadas del mercado neoyorquino. Dada la fama de sus dueños y las extraordinarias características de la residencia, se espera que la transacción alcance cifras millonarias, siguiendo la tendencia de propiedades de lujo en la región.