La gestión de las finanzas personales se enfrenta a menudo a los «gastos hormiga», «fantasma» y «vampiro», que, aunque parecen inofensivos, pueden desequilibrar el presupuesto familiar. Estos gastos invisibles, que incluyen compras pequeñas e impulsivas y suscripciones no controladas, se acumulan sin dar señales hasta impactar significativamente en la economía doméstica. Instituciones como BBVA y Openbank advierten sobre su efecto desgastante y recomiendan llevar un registro detallado de todos los gastos, establecer un presupuesto claro y preferir opciones más económicas para minimizar su impacto. Con una planificación cuidadosa y disciplina, es posible reducir estos gastos y lograr un ahorro considerable a lo largo del tiempo.
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