En España, los circuitos de spa se han convertido en un atractivo turístico clave, atrayendo a visitantes nacionales e internacionales en busca de relajación. Castilla-La Mancha destaca por sus hoteles con spa que ofrecen desconexión en entornos rurales. El Hotel El Bálsamo en Belmonte presenta una piscina climatizada en cuevas centenarias; Castilla Termal en Brihuega es conocido por su amplia zona wellness; el Hotel Spa Mirador en Jorquera ofrece instalaciones junto al río Júcar, y el Hotel Spa Elia en Alcalá del Júcar combina arquitectura en roca con modernas instalaciones de spa. Estos lugares permiten a los visitantes cuidar cuerpo y mente durante todo el año.
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