Investigaciones recientes sugieren que el tejido adiposo actúa como un custodio de los ‘recuerdos’ de la obesidad a través de cambios epigenéticos, que persisten incluso después de una significativa pérdida de peso. Este fenómeno podría incrementar las probabilidades de recuperar el peso perdido, según revelan estudios realizados tanto en células humanas como en modelos de ratones. Los cambios epigenéticos, que alteran la forma en que se expresan ciertos genes sin modificar la secuencia de ADN, parecerían jugar un papel crucial en este proceso de memoria celular, indicando la necesidad de abordar la obesidad de manera que contrarreste estas modificaciones duraderas.
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