Un reciente estudio del Instituto de Astrofísica de Andalucía (IAA-CSIC) ha revelado hallazgos fascinantes sobre la galaxia IZw18, considerada una de las más cercanas y pobres en metales. La investigación, que se basa en datos recopilados del telescopio espacial James Webb y del Gran Telescopio Canarias (GTC), ha detectado una señal inusual en la galaxia, lo que sugiere la existencia de procesos físicos extremos aún no comprendidos.
IZw18, situada a veinte veces la distancia de Andrómeda, es notable por su composición química que se asemeja al universo primitivo. Esta galaxia contiene principalmente hidrógeno y helio, con escasos elementos pesados, lo que la convierte en un objeto de interés para estudiar las condiciones del universo temprano. El equipo de investigación ha identificado una línea de emisión inesperada y altamente energética en la región central de intensa formación estelar.
Antonio Arroyo-Polonio, investigador del IAA-CSIC y principal autor del estudio, menciona que la radiación intensa no se desarrolla en las mismas áreas donde encontramos grupos de estrellas comunes. Esto sugiere que su origen podría ser diferente, posiblemente vinculado a un fenómeno de propagación estelar. Además, el gas en esa región muestra un comportamiento muy agitado, indicando que estas fuentes de alta energía no solo iluminan el gas, sino que además lo perturban, generando flujos turbulentos.
El trabajo ha sido publicado en la prestigiosa revista The Astrophysical Journal Letters, y destaca la relevancia de la señal detectada para entender los fenómenos energéticos que pudieron haber predominado en las primeras galaxias del cosmos.
Con un diámetro de aproximadamente 6,000 años luz, IZw18 es relativamente pequeña en comparación con otras galaxias, pero su potencial energético es colosal. En un solo segundo, emite más energía que la consumida por toda la humanidad desde el inicio de las civilizaciones. Esta energía se genera a partir de la intensa radiación de las estrellas dentro de la galaxia, que puede ionizar el gas, eliminando electrones de los átomos presentes.
Para estudiar el gas ionizado, el equipo combinó observaciones del instrumento MEGARA en el GTC y el MIRI a bordo del JWST. Gracias a estas herramientas, se identificaron líneas de emisión de hidrógeno y helio ionizado, revelando una parte de gas más alterada y agitada de lo esperado. Esto podría ser un indicio del escape de gas impulsado por fuentes energéticas aún no identificadas.
El JWST, por su parte, ha permitido detectar señales aún más extremas, sugiriendo que una fuente energética poderosa, aún no caracterizada, podría estar presente en el centro de la galaxia. Arroyo-Polonio resalta la importancia de estudiar estas fuentes de ionización, ya que IZw18 se presenta como una ventana local para entender el universo temprano.
Por último, la combinación de los datos obtenidos proporciona una visión única de la evolución cósmica, haciendo que el estudio de esta galaxia reviva una fascinante conexión con los orígenes mismos del cosmos.
Fuente: Instituto de Astrofísica de Andalucía