En la esperada continuación del clásico de terror «28 años después», Alex Garland y Danny Boyle presentan una reinterpretación británica y misantrópica del apocalipsis zombie. Lo que destaca es la aparición de los «Jimmies», una secta con reminiscencias de Jimmy Savile, el infame presentador de la BBC descubierto post mortem como depredador sexual. Esta figura es utilizada para criticar la cultura británica, mostrando un Reino Unido postapocalíptico donde los crímenes de Savile nunca fueron descubiertos. Su inclusión sirve como un mordaz comentario sobre la veneración cultural y la ceguera ante los desmanes, con un tono que mezcla horror y sátira.
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