La expresión «más limpio que una patena», empleada comúnmente en España para describir algo muy limpio, tiene su origen en la liturgia católica. La patena, un plato utilizado en la misa para depositar la hostia consagrada, debía estar impecable, lo que dio lugar a esta frase. Con el tiempo, el uso de «más limpio que una patena» trascendió su contexto religioso para integrarse al lenguaje cotidiano, al igual que muchas otras frases en español. Estas expresiones, frecuentemente con raíces religiosas, reflejan la tradición y las creencias históricas que perduran en el habla diaria, tales como «lavarse las manos» o «cargar con la cruz».
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