En la rural Panna, India, dos amigos de infancia, Satish y Sajid, encontraron un diamante de 15,34 quilates mientras cavaban en un terreno arrendado, siguiendo una tradición local de buscar fortuna a pesar de las duras condiciones. Tras confirmar la autenticidad de la piedra con un evaluador oficial, descubrieron que su valor podría llegar a los 50.000 euros. Esta práctica, casi una herencia familiar, es común en una región donde el agua y las oportunidades son escasas, motivando a muchos a continuar la laboriosa búsqueda. Aunque el hallazgo no ha cambiado materialmente la vida de los protagonistas, ahora sienten una nueva esperanza para afrontar el futuro, comenzando por ayudar a sus familias.
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