Arqueólogos han logrado ubicar el palacio de Harold II, el último rey anglosajón de Inglaterra, en Bosham, al sur del país, gracias a la reinterpretación de antiguas excavaciones. Los restos arquitectónicos, incluyendo una letrina de madera, confirman que fue un centro de poder en el siglo XI, arrojando luz sobre la estructura del gobierno anglosajón previo a la conquista normanda. El palacio, un complejo de edificios de madera con funciones administrativas y defensivas, ocupa una hectárea e incluye una iglesia, reforzando su importancia estratégica. Este hallazgo es crucial, pues aporta evidencia directa de un centro de poder anglosajón y permite una reevaluación de la figura de Harold II como un monarca con una estructura política consolidada, desafiando la percepción histórica de un líder improvisado. El descubrimiento también reabre el debate sobre el lugar de entierro del rey, con algunos indicios sugerentes de que su cuerpo pudo haber sido trasladado a Bosham tras su derrota en la Batalla de Hastings.
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