Un estudio publicado en The Lancet Regional Health-Europe ha revelado una inquietante situación en la atención a personas con trastornos mentales en Europa. Según la investigación, existe una notoria escasez de información sobre la capacidad de atención en este ámbito, lo que evidencia disparidades significativas entre los países europeos y un nivel de cobertura deficiente en casi todas las patologías.
La alarma se intensifica al considerar que la tasa de cobertura para enfermedades mentales en adultos es, en muchos casos, casi inexistente. Esta realidad pone en peligro uno de los objetivos de la Organización Mundial de la Salud, que planea aumentar la cobertura de tratamiento para estas condiciones en un 50% para 2030.
Encabezado por el Dr. Jordi Alonso del Instituto de Investigación del Hospital del Mar y catedrático de Salud Pública de la Universidad Pompeu Fabra, el estudio analiza 45 publicaciones científicas de las últimas dos décadas. Alonso destaca que la falta de datos sobre servicios es un obstáculo para un diagnóstico preciso de la situación.
El análisis muestra que solo en casos de trastornos mentales graves, como la psicosis, se alcanzan coberturas del 50% al 90%. En trastornos comunes, como la depresión mayor, solo el 36% de los pacientes en Bélgica recibe tratamiento, y apenas el 11% accede a una atención adecuada. Para los trastornos de ansiedad, las cifras oscilan desmesuradamente entre el 47% en Suecia y el 7% en Bulgaria. En problemas de uso de sustancias, la situación es aún más crítica.
España refleja que solo una de cada tres personas con trastornos recibe tratamiento, con menos del 12% accediendo a atención adecuada. En el caso de la depresión mayor, solo el 28% recibe tratamiento, y apenas el 18% de ellos tiene un enfoque terapéutico efectivo. Para el uso de sustancias, el panorama es más alarmante, con solo un 5,2% recibiendo atención adecuada.
Los investigadores instan a la creación de un sistema de monitorización armonizado para evaluar la salud mental en toda Europa. También se destaca la necesidad de mejorar la oferta de servicios mediante mayor financiación, personal especializado y la integración de estos servicios en la atención primaria. Además, se subraya la importancia de campañas educativas para desestigmatizar el tema y fomentar la participación activa de los pacientes.
Este sombrío informe destaca las profundas desigualdades en la atención a la salud mental en Europa, subrayando la urgencia de abordar estos desafíos para cumplir con los objetivos internacionales en esta área crítica.
