A partir del 1 de enero de 2025, los titulares de planes de pensiones en España podrán disfrutar de una modificación significativa en la gestión de sus ahorros. Se les permitirá rescatar las aportaciones realizadas hace más de diez años, un privilegio hasta ahora reservado para casos específicos como jubilación, desempleo o discapacidad.
Este cambio normativo permitirá a los beneficiarios retirar, en 2025, las cantidades aportadas hasta el 31 de diciembre de 2015. En los años siguientes, esta ventana temporal se irá desplazando, proporcionando así mayor flexibilidad. El rescate puede llevarse a cabo de una sola vez o como una renta periódica, de acuerdo a las condiciones de cada plan.
Uno de los aspectos cruciales a considerar es el impacto fiscal. Las cantidades rescatadas serán tratadas como rendimiento del trabajo para el Impuesto sobre la Renta de las Personas Físicas (IRPF). Esto podría aumentar la carga fiscal dependiendo de los ingresos del contribuyente. No obstante, las aportaciones anteriores a 2007 disfrutan de una reducción fiscal del 40% si el rescate se realiza en una suma única, lo que podría aliviar el impacto económico.
El objetivo de esta flexibilización es proporcionar una solución para quienes requieren liquidez, ofreciendo acceso a recursos hasta ahora inmovilizados. Sin embargo, es vital no actuar de manera precipitada. Los expertos advierten que la finalidad principal de un plan de pensiones es asegurar el bienestar financiero durante la jubilación. Por ello, se aconseja evaluar cuidadosamente cuándo y cómo utilizar esta opción, manteniendo siempre una visión a largo plazo en la gestión financiera.
Esta medida representa un cambio significativo en el manejo de los planes de pensiones, pero también plantea un equilibrio entre la necesidad de liquidez inmediata y la prudente planificación para el futuro.