En los últimos seis meses, las tensiones geopolíticas y la guerra arancelaria han llevado a gestores de fondos en Europa y Asia a desinvertir rápidamente en activos estadounidenses, provocando una venta masiva en Wall Street. Esta reacción refleja la pérdida de confianza en la Reserva Federal y las preocupaciones sobre la interferencia política desde la Casa Blanca. Según un estudio de Invesco, los bancos centrales han ajustado sus carteras para protegerse de la volatilidad política, con el 13% de los fondos soberanos reestructurando sus inversiones debido a la presidencia de Trump. Las preocupaciones geopolíticas y las presiones inflacionarias dominan el panorama de riesgo a corto plazo, según el 88% de los encuestados.
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