Deslices Cotidianos: Pequeñas Trampas en las que Caemos sin Advertirlo

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En los supermercados de Lidl, nada se deja al azar en su diseño estratégico para incrementar las compras de los clientes. Un ex empleado revela cómo detalles como el tamaño y diseño del carro de compras influyen en el comportamiento del consumidor; el carro, más grande de lo habitual, impide que los productos se acumulen cerca del asa, creando la ilusión de que se ha comprado menos. La disposición de frutas y verduras al inicio de la tienda fomenta la percepción de una compra saludable, lo que lleva a incluir «caprichos» al final del recorrido. Además, etiquetas con precios confusos inducen al error visual, provocando adquisiciones inesperadas. Estas técnicas aprovechan las percepciones y emociones del cliente, asegurando que pasen más tiempo en las tiendas y, en consecuencia, compren más.

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