Los clanes de narcotraficantes que operan en el sur han ampliado sus operaciones al mercado internacional de la cocaína, convirtiéndose en piezas clave en la cadena de suministro hacia compradores extranjeros. Este fenómeno refleja un desarrollo en sus métodos de operación, que ya no se limitan únicamente al ámbito local o nacional, sino que ahora establecen conexiones directas con redes globales del tráfico de drogas. Este avance internacional plantea nuevos retos para las autoridades en su lucha contra el narcotráfico, que deben enfrentar no solo la sofisticación creciente de estos clanes, sino también las implicaciones de su vinculación con actores internacionales del crimen organizado.
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