El edificio del siglo XVIII, que se destaca por su rica historia arquitectónica, alberga dos importantes colecciones de arte. Entre las piezas más notables se encuentran el «Autorretrato con la oreja vendada» de Van Gogh y «Un bar del Folies-Bergère» de Manet. Estas obras maestras contribuyen al prestigio y atractivo cultural del recinto.
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