El pasado 6 de diciembre, un coche bomba fue detonado a distancia frente a la sede de la policía comunitaria en Coahuayana, Michoacán, causando al menos cinco muertos y cinco heridos, incluidos niños. Este atentado coincide con la implementación de un nuevo plan de pacificación en la región tras el asesinato del exalcalde de Uruapan. El fiscal de Michoacán, Carlos Torres, indicó que ya se han identificado rostros de posibles responsables y apuntó al Cartel Jalisco Nueva Generación (CJNG) como el grupo criminal detrás del ataque, dadas las tensiones en la zona. Coahuayana, con vastas plantaciones bananeras, ha sido codiciada por diversas organizaciones delictivas, incluido previamente el cartel de los Caballeros Templarios. El estallido, que ocurrió en el centro del pueblo, también dañó un hospital y varias propiedades adyacentes. La camioneta explotada, propiedad local vendida a alguien en Colima, fue ingresada desde ese estado el día del incidente.
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