En el continente antártico, la foca leopardo destaca por su sorprendente adaptación a un ecosistema extremo. Caracterizada por su pelaje manchado como un leopardo, es una de las focas más grandes, llegando a medir 3.5 metros y pesar más de 600 kilos. Habita principalmente en las aguas antárticas, aunque puede desplazarse hasta regiones lejanas como Nueva Zelanda y las Islas Malvinas. Su dieta diversa incluye peces, calamares, krill, pingüinos y otras focas, y es conocida por su habilidad para alcanzar velocidades de 35 km/h en el agua. Con una esperanza de vida de unos 25 años, no enfrenta grandes amenazas naturales salvo por las orcas. Aunque su comportamiento agresivo genera precaución, los ataques a humanos son raros. Las focas leopardos son consideradas de «Preocupación Menor» en términos de conservación, con una población estimada en más de 200,000 individuos.
Leer noticia completa en OK Diario.