Al menos 44 personas han muerto y millones permanecen sin electricidad tras un catastrófico evento que afectó varias regiones del sureste de Estados Unidos. Las mayores pérdidas se reportaron en Carolina del Sur con 20 fallecidos, seguida por Georgia con 15, Florida con siete, Virginia con uno y Carolina del Norte con otro más. La infraestructura colapsada ha dejado a millones en la oscuridad, lo que complica aún más las labores de rescate y recuperación en estas áreas devastadas.
Leer noticia completa en El Mundo.