La Basílica de Guadalupe en la Ciudad de México se convirtió nuevamente en el epicentro de la fe y devoción, al recibir a más de 10 millones de peregrinos para conmemorar el día de la Virgen de Guadalupe. Los fieles comenzaron a llegar desde días antes, formando un creciente flujo de personas que, a pesar de las bajas temperaturas, recorrieron largas distancias para rendir homenaje a la «Morenita». Esta celebración anual es una de las más grandes manifestaciones religiosas en el mundo, caracterizada por la presencia de baile tradicional, rezos y una multitud de ofrendas florales. La coordinación de seguridad y salud fue clave para garantizar el bienestar de los asistentes durante el evento.
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