La restricción calórica sin supervisión médica puede llevar a la eliminación de nutrientes esenciales como la glucosa, omega-3 y vitamina B12, que son cruciales para el funcionamiento cerebral. Esta práctica representa un riesgo para la salud, dado que estos componentes son necesarios para mantener las funciones cerebrales óptimas. Sin un control adecuado, se pueden generar deficiencias nutricionales que podrían afectar negativamente al cerebro y al bienestar general.
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