El presidente está intensificando sus esfuerzos para consolidar su poder y desafiar a las ciudades santuario, al tiempo que aviva el temor hacia el «invasor extranjero». En paralelo, busca eliminar a un rival del Partido Demócrata en el panorama político. Estas acciones forman parte de una estrategia más amplia para influir en la opinión pública y realinear las prioridades gubernamentales.
Leer noticia completa en El Mundo.