José Antonio Marco Sanjuán, presidente del Tribunal Económico Administrativo Central (TEAC) y un destacado miembro del Ministerio de Hacienda, ha dimitido en medio de un escándalo de corrupción revelado por el medio El Debate. Según las informaciones, Marco Sanjuán habría recibido más de 100.000 euros en efectivo entregados por empresarios a los que posteriormente favoreció en procedimientos fiscales.
La presión para su renuncia provino directamente de la ministra de Hacienda, María Jesús Montero, quien, al enterarse de las acusaciones, instruyó al secretario de Estado de Hacienda, Jesús Gascón, para que exigiera explicaciones a Marco Sanjuán. Al no poder justificar los hechos, Gascón, que había estado apoyando a Sanjuán, le transmitió el deseo de Montero de que renunciara a su cargo.
El Consejo de Ministros confirmó oficialmente su cese y designó a José Ignacio Ruiz Toledano como su sucesor. Este movimiento del Gobierno busca mitigar la crisis de reputación que ha impactado al Ministerio de Hacienda y a la figura de Montero.
Las investigaciones han puesto al descubierto un escándalo considerable. Un empresario reveló que entregó sobres con dinero en un hotel próximo al despacho de Marco Sanjuán. A cambio, lograba la anulación de reclamaciones fiscales de su empresa ante el TEAC. Según el empresario, Marco Sanjuán no se ocultó al contar el dinero en los sobres y utilizaba su teléfono oficial para coordinar estos pagos, llegando incluso a exigir nuevas entregas, sugiriendo que otros altos cargos también estaban implicados.
El testimonio del empresario indica que estas prácticas corruptas no comenzaron con Montero en el cargo; ya se habían observado durante la década de Marco Sanjuán como presidente del Tribunal Económico Administrativo Regional de Castilla y León, donde favoreció a diversas empresas, anulando sanciones fiscales significativas. También se menciona que utilizó testaferros para encubrir estos cobros, y en algunos casos, se refería a las entregas como «para terceros».
La situación ha puesto a Montero en el centro de la polémica. En el Congreso, su silencio al ser cuestionada sobre su subordinado se interpretó como una forma de desvincularse de Marco Sanjuán. Este escándalo llega en un momento delicado para Montero, quien ya enfrentaba críticas de sectores del funcionariado de Hacienda que consideraban que la permanencia de Sanjuán perjudicaba la imagen del Ministerio.
El testimonio revela un patrón de comportamiento corrupto, donde las exigencias económicas variaban según el calendario. El empresario confesó que, ante ciertas festividades, las solicitudes de dinero se incrementaban. A pesar de las circunstancias, continuó accediendo a estos pagos, solicitando a Marco Sanjuán que no enviara más mensajes de WhatsApp por temor a ser descubierto en el contexto de los recientes escándalos de corrupción que han afectado al Gobierno.
Con la dimisión de Marco Sanjuán, Montero intenta cerrar una crisis que cuestiona la integridad de una de las instituciones más importantes del Ministerio de Hacienda. Sin embargo, persiste la preocupación de que las investigaciones podrían revelar nuevos casos que involucren a otros funcionarios del Ministerio.
Fuente: Partido Popular Andalucía
