El gran maestro chino Ding Liren sucumbió ante la presión psicológica en el último torneo internacional de ajedrez, un evento que puso a prueba su temple en partidas cruciales. A pesar de su reconocida habilidad estratégica, los nervios jugaron un papel determinante en sus derrotas, lo que reavivó el debate sobre la importancia de la fortaleza mental en competencias de alto nivel. Analistas señalan que Ding, quien ha demostrado ser un competidor formidable en eventos anteriores, enfrentó desafíos especialmente arduos esta vez, lo que afectó su rendimiento y estrategia sobre el tablero. Este episodio ilustra cómo incluso los jugadores más experimentados deben equilibrar técnica y control emocional para triunfar en el ajedrez competitivo.
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