La Agencia de la ONU para la salud sexual y reproductiva, UNFPA, ha lanzado una alerta urgente sobre los peligros de los recortes de financiación en el apoyo a matronas en países en crisis. Esta reducción presupuestaria supone una amenaza significativa para la salud de mujeres embarazadas y recién nacidos en algunas de las regiones más vulnerables del planeta.
Según la doctora Natalia Kanem, directora ejecutiva del UNFPA, las matronas desempeñan un papel crucial, especialmente durante situaciones de crisis, cuando los sistemas de salud colapsan. Son un respaldo vital para embarazadas que pierden el acceso a servicios esenciales de maternidad, y su ausencia incrementa los riesgos para madres y bebés.
De cara a 2025, el UNFPA se ve obligado a reducir su apoyo en ocho países afectados por crisis. Los números son alarmantes: se financiará apenas al 47% de las 3,521 matronas inicialmente previstas. Afganistán, por ejemplo, solo respaldará a 565 de 974 matronas, mientras que en la República Centroafricana y Sudán, no habrá apoyo disponible.
Estos recortes, agravados por decisiones de financiación de Estados Unidos, impactan también a matronas en Chad, Nigeria, Madagascar y Somalia. En Afganistán, la falta de apoyo a 409 comadronas se traduce en medio millón de mujeres sin acceso a atención especializada.
Las matronas proporcionan hasta el 90% de los servicios de salud sexual, reproductiva, materna y neonatal. En contextos de crisis, las mujeres enfrentan un riesgo elevado de muerte durante el embarazo o el parto, debido a la carencia de atención obstétrica adecuada.
Para mitigar esta situación, el UNFPA ha lanzado la iniciativa Global Midwifery Accelerator, destinada a fortalecer la atención por matronas en países con altas tasas de mortalidad materna. La doctora Kanem advierte que reducir la financiación de estos servicios es poner en riesgo las vidas de mujeres y sus bebés, y pide a la comunidad internacional buscar vías para mantener este trabajo esencial en pie.