De origen italiano, Dana Balajovsky y Nazarena Romanelli iniciaron su emprendimiento culinario vendiendo ravioles, sorrentinos y cavatelli a través de Instagram. En un esfuerzo por expandir su negocio, en junio decidieron abrir un taller que también ofrece venta directa al público, permitiéndoles acercar su propuesta gastronómica artesanal a una clientela más amplia. Su apuesta por la calidad y tradición de la pasta italiana ha captado la atención de los amantes de la buena comida en la ciudad.
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