Polonia y Rumanía han intensificado sus medidas de seguridad tras los recientes ataques rusos en áreas cercanas a sus fronteras con Ucrania. Ambas naciones han elevado sus niveles de alerta y refuerzan la vigilancia para proteger sus territorios de posibles amenazas derivadas del conflicto. La situación genera preocupación en la región, donde la proximidad de las hostilidades aumenta la tensión y la necesidad de cooperación internacional para evitar una escalada.
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