En un inquietante desarrollo del conflicto en Ucrania, se informa que drones rusos han comenzado a desplegar minas camufladas como hojas en las calles de ciertas localidades ucranianas. Este engañoso método de colocación aprovecha el final del otoño para mimetizar los artefactos explosivos con las hojas caídas, lo que ha causado decenas de víctimas al ser difíciles de distinguir de las naturales. Esta nueva táctica aumenta la preocupación por la seguridad de los civiles en la región, ya que dificulta la detección de las minas y complica las tareas de desminado.
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