Donald Trump, a sus 79 años, busca consolidar su legado mediante la eliminación del programa nuclear iraní. Después de sobrevivir a un intento de asesinato, Trump considera su presidencia una misión para restaurar la grandeza estadounidense. Está en marcha un plan, todavía en espera de su ejecución final, para atacar la planta nuclear de Fordow en Irán, utilizando bombarderos B-2 desde la base de Diego García. Esta operación está condicionada a la aprobación del Congreso y del Reino Unido. Con Israel como aliado y a pesar de un enfoque inicial aislacionista, Trump enfrenta presiones internas y el riesgo de represalias iraníes, incluidas posibles amenazas terroristas. La situación recuerda los dilemas enfrentados por administraciones anteriores en conflictos como Irak.
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