El gobierno de Donald Trump ha tomado medidas significativas contra el programa de refugiados de Estados Unidos, revisando los casos de más de 200,000 personas admitidas durante la presidencia de Joe Biden. Un memorando interno del Servicio de Ciudadanía e Inmigración (USCIS) exige reevaluar si estos refugiados cumplían con los criterios de admisión, congelando también las solicitudes de residencia permanente para quienes ingresaron en ese periodo. Este movimiento se produce después de que Trump estableciera un límite histórico bajo de 7,500 refugiados para el año fiscal 2026, reservando la mayoría de las plazas para sudafricanos blancos. La orden ejecutiva firmada en enero tras su regreso a la presidencia suspende indefinidamente el reasentamiento de refugiados, argumentando que el país ya enfrenta niveles récord de migración.
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