Efectos de la Deshidratación por Calor Extremo en la Salud de las Articulaciones

El verano, con sus temperaturas extremas, se ha convertido en una estación desafiante para la salud de músculos y articulaciones, especialmente para quienes son físicamente activos o aquellos que retoman el ejercicio de manera estacional. Longevitas, a través de una revisión detallada de estudios, destaca que factores como la deshidratación y un aumento en la actividad física pueden agravar este impacto.

El doctor Ángel Durántez, experto en medicina preventiva, explica que el calor intensifica el estrés oxidativo, provocando microinflamaciones que pueden comprometer la recuperación si no se toman las medidas adecuadas. La hidratación se erige como un factor crucial para mantener la integridad de las articulaciones y los tejidos circundantes. La falta de agua puede aumentar la rigidez y disminuir la flexibilidad, elevando así el riesgo de lesiones.

Para los deportistas profesionales, la deshidratación no solo implica dolor, sino también un retraso en la recuperación, lo que eleva el riesgo de sufrir lesiones. Aitor Ocio, exfutbolista, subraya la importancia de cuidar el cuerpo durante el verano, recordando que cada entrenamiento y lesión se registran en la memoria muscular. “Es fácil bajar la guardia en verano, pero si no te recuperas adecuadamente, lo sentirás en otoño”, advierte.

La inflamación crónica de bajo grado es otro reto, especialmente para quienes entrenan en superficies duras y descuidan la nutrición mientras sudan copiosamente. En este sentido, la suplementación con resolvinas, derivadas del omega-3, ha demostrado ser eficaz en la aceleración de la reparación muscular post-ejercicio, facilitando la resolución activa de la inflamación sin recurrir a antiinflamatorios clásicos.

Ocio también enfatiza la importancia de consumir micronutrientes adecuados. A pesar de la exposición solar veraniega, los niveles de vitamina D no siempre son óptimos, y esta es clave para modular la respuesta inflamatoria y proteger la salud ósea. La vitamina K2 contribuye al correcto direccionamiento del calcio al tejido óseo, evitando su acumulación indebida en arterias y articulaciones. Además, el magnesio bisglicinato, conocido por su buena absorción y tolerancia digestiva, apoya la función muscular y previene calambres.

En conclusión, ante los desafíos que presenta el calor del verano, es vital enfocarse en la hidratación, la nutrición y la correcta recuperación muscular y articular, adaptando las prácticas físicas a las demandas específicas del cuerpo.

Cayetano Andaluz
Cayetano Andaluz
Periodista y redactor de noticias de actualidad sobre Andalucía y sus provincias. También información en general.

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