En un sorprendente giro del destino político de Siria, Ahmed al Sharaa, un antiguo comandante yihadista, ha emergido como el presidente del país tras la caída del régimen de Bashar al Assad. Este fin de semana, en el Doha Forum en Qatar, al Sharaa se presentó como un líder moderado y pragmático, recibiendo el respaldo de la comunidad internacional. A pesar de la devastación económica y las cicatrices profundas de la guerra que enfrenta Siria, Al Sharaa ha sido recibido en la escena global, incluso visitando la Casa Blanca, un evento histórico desde 1946. Su discurso en Doha criticó a Israel por sus incursiones y apeló a un proceso de amnistía y reconciliación interna, todo mientras se mantienen los desafíos de restaurar la estabilidad y construir un nuevo orden político inclusivo. Washington, que alguna vez lo consideró un enemigo, ahora lo apoya como un aliado estratégico en la región. Sin embargo, los desafíos persisten, con episodios de violencia interna que cuestionan la capacidad del nuevo gobierno para consolidar su poder de manera pacífica.
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