El Museo del Prado ha dado un paso adelante en la recuperación del legado de la artista Rosario Weiss, con la adquisición de un autorretrato previamente considerado perdido. Este hallazgo representa un avance significativo en la representación de las mujeres en la historia del arte español y en la restauración de la trayectoria de Weiss, una figura destacada del romanticismo.
Discípula y amiga de Francisco de Goya, Weiss desarrolló su talento en un contexto histórico desfavorable para las mujeres artistas, pero su habilidad para capturar la sensibilidad y complejidad emocional en sus retratos la distinguió como una de las artistas más prometedoras de su época. Aunque su vida fue breve, falleciendo a los 29 años, su obra ofrece una ventana única a la psicología de sus modelos, incluyendo ella misma.
El autorretrato recuperado muestra a una Weiss joven, retratada como una alegoría de la Atención. Originalmente exhibida en 1841 en la Société Philomatique de Burdeos junto a una alegoría del Silencio, esta obra había desaparecido mientras que El Silencio se encuentra en el Ayuntamiento de París. La obra, ahora integrada en la colección del Prado, ofrece una mirada penetrante que revela la introspección de la artista, subrayando su capacidad para la autoexploración a través del arte.
La inclusión del autorretrato en las salas del siglo XIX del Prado no solo enriquece la representación del período isabelino, sino que también fortalece la presencia de Weiss como una de las pintoras más destacadas de su tiempo. Este esfuerzo por parte del museo es parte de una política progresiva, iniciada en 2020, destinada a recuperar y visibilizar el legado de las pintoras españolas anteriores al siglo XX.
La política del Prado de destacar a las mujeres artistas ha permitido la recuperación de obras de creadoras como Antonia Bañuelos, Carlota Rosales, María Blanchard y Aurelia Navarro. A través de estas acciones, el museo no solo rescata historias artísticas olvidadas, sino que también diversifica y enriquece su narrativa, reafirmando su compromiso de brindar una representación más inclusiva del arte español. El descubrimiento del autorretrato de Weiss no solo es un triunfo para la entidad, sino también un acto de justicia histórica para una artista cuya voz, una vez perdida, ahora brilla con renovada intensidad.