El estadio Johan Cruyff acogió a 5.862 espectadores en el debut oficial del Barcelona en casa, una cantidad limitada por el espacio y la reubicación temporal tras el traslado a Montjuïc debido a retrasos en el Spotify Camp Nou. La asistencia, mayoritariamente local, contrastó con la diversidad lingüística de Montjuïc, y algunos asistentes adquirieron entradas VIP costosas o revendidas. El partido presentó desafíos logísticos, como acceso complicado y dificultades para ubicar a los aficionados. A pesar de la atmósfera animada y la presencia de 240 periodistas, la noche concluyó sin incidentes, revelando una situación atípica pero manejable para el club, que podría repetir la experiencia en futuros encuentros.
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