El carguero Istanbul Bridge, bajo bandera liberiana, ha zarpado desde Ningbo-Zhoushan, China, con destino a Felixtowe, Inglaterra, navegando por el Ártico en un viaje que reduce un 40% la distancia entre China y Europa en comparación con las rutas tradicionales. Esta travesía es parte de la estrategia china de establecer la Ruta de la Seda Polar, respaldada por el gobierno con infraestructuras y estudios logísticos en el Ártico. La vía, que pasa por el noreste ártico, incluye puertos desde Qingdao hasta Gdansk. La reducción del hielo debido al cambio climático facilita esta nueva ruta comercial, que China desea convertir en permanente. La incertidumbre sobre el tradicional Canal de Suez y el Estrecho de Malaca, considerado un riesgo estratégico, impulsa esta alternativa, favorecida por la relación China-Rusia y su flota de rompehielos. Sin embargo, Estados Unidos enfrenta desafíos en la región debido a su limitada presencia.
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