El Banco Central Europeo (BCE) ha decidido mantener los tipos de interés por cuarta reunión consecutiva, con la facilidad de depósito en el 2% y las principales operaciones de financiación en el 2,15%. Esta decisión se sustenta en un índice de inflación que, aunque cerró noviembre en un 2,1%, debería estabilizarse a medio plazo en el objetivo del 2%. El BCE ha elevado sus previsiones de crecimiento para la Eurozona, proyectando un PIB del 1,4% para 2025, superior a las estimaciones de septiembre. Sin embargo, ha ajustado al alza la inflación prevista para los próximos años, destacando que la desaceleración de la inflación de servicios podría ser más lenta de lo esperado. Las proyecciones actuales alejan la posibilidad de subidas de tipos, anclando la política monetaria en un enfoque dependiente de los datos. Mientras tanto, el movimiento del BCE contrasta con las políticas más agresivas de la Reserva Federal y el Banco de Inglaterra. A pesar de las medidas, el euríbor ha repuntado, incrementando el coste de algunas hipotecas variables.
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