Los sindicatos agrarios expresan su preocupación ante la posible implementación de nuevas exigencias fitosanitarias que deberían cumplir los productores nacionales, mientras que las importaciones podrían escapar a dichas regulaciones. Esta situación genera inquietud en el sector, que teme verse en desventaja competitiva si las normas no se aplican de manera equitativa a todos los productos que ingresan al mercado. La percepción de desigualdad regulatoria añade tensión al ya complejo panorama agrícola, donde los productores locales enfrentan desafíos por diversos factores externos.
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