Miguel Ángel Gallardo, candidato del PSOE a la presidencia de la Junta de Extremadura, enfrenta una campaña complicada ante las elecciones del 21 de diciembre. Procesado por supuestas irregularidades en la contratación del hermano de Pedro Sánchez y criticado por haberse convertido en diputado para estar aforado, Gallardo niega las acusaciones y centra su mensaje en temas locales, evitando las polémicas importadas de Madrid. Con encuestas desfavorables, su campaña se enfoca en proponer medidas concretas y evitar enfrentar directamente a Vox, aunque no rehúye de temas críticos cuando es necesario. A pesar de los pronósticos negativos, su objetivo declarado es ganar.
Leer noticia completa en El Pais.




