En Japón, el bambú Phyllostachys nigra var. henonis enfrenta una crisis inesperada tras su florecimiento sincronizado, fenómeno que ocurre cada 120 años y actualmente deja un vacío preocupante en los ecosistemas. Estos eventos, observados desde 2020, han resultado en la muerte de los tallos maduros sin la aparición de nuevos brotes ni semillas viables. Las causas potenciales, como incompatibilidades genéticas y la acción de insectos, amenazan con extinguir este bambú fundamental en sectores agrícolas y forestales. Su desaparición podría alterar significativamente el paisaje, afectando la estabilidad del suelo, aumentando el riesgo de erosión, y modificando hábitats de especies dependientes del bambú. La situación plantea retos sobre la gestión y recuperación de estas áreas, ante la incertidumbre de cuándo podría producirse la próxima floración.
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