El 8 de mayo en la costa nayarita, Gerardo Fernández Noroña asistió a una reunión con la élite bancaria de México, evidenciando un cambio notable desde su pasado como crítico acérrimo. A lo largo de su carrera, Noroña ha sido una figura controvertida dentro de la izquierda, confrontando tanto al gobierno como a la oposición, y ahora, como presidente del Senado, ha intensificado su influencia política. Aunque ha sido criticado por su estilo autoritario y provocador, su relación con figuras importantes como Claudia Sheinbaum destaca su capacidad para navegar el complejo panorama político. Su persistencia en discursos radicales le asegura apoyo dentro de partes de la base morenista, aunque sus métodos y lenguaje siguen generando divisiones en la opinión pública.
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