El Gobierno de Estados Unidos ha logrado evitar un temido cierre administrativo gracias a la aprobación de un presupuesto provisional en el Congreso. En una votación que concluyó en el último minuto, los legisladores acordaron extender los fondos federales, permitiendo que las agencias gubernamentales sigan operando mientras se negocia un acuerdo presupuestario a largo plazo. Este desenlace alivia, de momento, la presión sobre miles de trabajadores federales que enfrentaban la posibilidad de quedar temporalmente sin sueldo, y evita las interrupciones en los servicios públicos que un cierre habría provocado. La medida contó con el respaldo bipartidista, un indicativo del esfuerzo conjunto para mantener la estabilidad administrativa en medio de un clima político polarizado.
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